20 de enero de 2012

¿Por qué será que no le creo?

Por Jaime Restrepo Vásquez

No deja de sorprender la convicción de algunos funcionarios de que el país les cree todo lo que dicen. Lamento apartarme de esa posición en lo que respecta a Germán Vargas Lleras, pues sus afirmaciones como ministro de Gobierno me dejan una sensación de enorme sospecha.

En días pasados, Vargas Lleras aseguró que el Gobierno "no está adelantando en este momento ningún tipo de negociaciones con ninguna organización armada ilegal”. Ante semejante declaración, o aclaración mejor, de inmediato recordé la vieja frase: explicación no pedida, culpabilidad manifiesta.

Empecé a buscar el motivo de las afirmaciones de Vargas Lleras y aparecieron las declaraciones del “Rey del despeje” Andrés Pastrana Arango, un misericordioso turista que en sus tiempos libres venía a visitar estas tierras entre los años 98 y 2002. En una entrevista concedida la semana pasada, el expresidente acogió con fervor el reciente pronunciamiento del máximo cabecilla de las FARC y manifestó que encuentra ahí una señal de paz. Adicionalmente Pastrana se muestra esperanzado en que se abra el camino de la paz, aunque asegura que esto depende de las FARC.

En la misma entrevista, a la pregunta de si era partidario de una negociación por fuera del país, el ex presidente aseguró que las FARC deberían contar con un sitio neutral en el que se sientan seguras y cómodas, haciendo eco taimado al “generoso” ofrecimiento del dictador venezolano de convertirse en mediador con las FARC. A Pastrana solo le faltó decir, como para confirmar, que las negociaciones deberían hacerse en Venezuela, pues a pesar de las pataletas de Chávez, ese régimen ha sido cómplice del grupo terrorista, lo que hace que las FARC se sientan seguras y cómodas en el país del rojo, rojito.

Hasta ahí, todo es coherente con la visión apaciguadora y entreguista que ha tenido Andrés Pastrana del país y sobre todo con la cobardía e ineptitud de aquel que algún día “gobernó” a Colombia.

Sin embargo, hay un segmento de la entrevista que me llamó la atención. Dice Pastrana: “Si estuviera en el lugar del presidente Santos, lo que haría sería que las primeras conversaciones fueran absolutamente secretas y solo cuando se llegara a un punto importante, de verdaderos hechos de paz, sacaría el asunto a la luz pública. Hoy existe el rumor de que esos canales ya están abiertos, y si eso es así, estaría muy bien, porque hay una amplia experiencia internacional en este sentido: israelíes y palestinos lo hicieron en Estocolmo.”

¿Cómo olvidar que uno de los más cercanos asesores de Juan Manuel Santos es Andrés Pastrana? Resulta difícil pensar que el expresidente no le ha dicho a Santos que las primeras conversaciones con las FARC deben ser secretas. Es más: el precipitado desmentido de Vargas Lleras, el cínico comunicado de ‘Timochenko’, la obsequiosa oferta mediadora de Chávez y la “descabellada” exigencia de Colombianos por “la paz” de un cese al fuego bilateral no son coincidencia. Al contrario: parecen una orquesta muy bien afinada en la que cada instrumento entra a su tiempo y sigue al pie de la letra la partitura creada para ambientar la negociación.

Por más hablantinoso que sea, Chávez no se atrevería a proponerse como mediador si no supiera que hay una disposición y unos acercamientos del Gobierno con los terroristas. Que esos “coqueteos” sean secretos –estilo Santos y Pastrana- es irrelevante, pues Chávez tiene comunicación directa con su mejor amigo y simplemente lanzó un dardo para apuntalar las negociaciones que se vienen acordando y que en su momento, serán destapadas ante el país.

Los Colombianos por la Paz, ni más faltaba, entran a respaldar el ardid, pidiendo cese al fuego para que los interlocutores –por debajo de la mesa- sientan confianza y comodidad y puedan complacerse el uno al otro. Entre tanto, Pastrana –con su inteligencia magistral- habla de más y deja al descubierto lo que se está fraguando en la Casa de Nariño.

Vargas Lleras debería saber que un secreto conocido por tantos vanidosos e interesados, termina por salir a la luz muy pronto: es que explicación no pedida, culpabilidad manifiesta.

No hay comentarios.: