Las consecuencias de la muerte del ‘Mono Jojoy’

A raíz de la muerte del ‘Mono Jojoy’, muchos han señalado que la operación ‘Sodoma’ es el más duro golpe que han sufrido las FARC en toda su historia.

Esta afirmación no puede considerarse como el resultado de la calentura del momento, pues las consecuencias para el aparato militar de las FARC —léase izquierda “democrática”— son enormes desde el punto de vista estratégico.

Lo primero que se debe señalar es el protagonismo de la inteligencia en la operación: mientras las Fuerzas Armadas lograron infiltrar los círculos de mayor confianza del cabecilla terrorista, las FARC perdieron su capacidad de infiltración en la fuerza pública.

Es que hasta hace poco era impensable el éxito de una operación en la que participaran 800 uniformados, pues la información siempre terminaba en manos de los terroristas, quienes ya alertados, procedían a movilizarse para salvar el pellejo.

Ciertamente los carteles de la droga han cooptado a los criminales que, al interior de las Fuerzas Armadas, venden la información sobre la puesta en marcha de las operaciones, relegando a las FARC y a sus secuaces a conseguir algunas migajas de datos en la Fiscalía o en lo que puedan obtener aquellos oficiales superiores o de insignia que son amparados por la izquierda “democrática”. En este sentido, basta con recordar la operación en la que se logró la captura del narcoterrorista alias ‘Don Mario’: en múltiples ocasiones se había intentado la detención, pero el criminal era alertado. Para alcanzar el objetivo, la operación se manejó en su totalidad en Bogotá, aislando a las unidades que participaron en el procedimiento.

El solo hecho de que 800 hombres hubiesen participado en ‘Sodoma’, y las FARC no hayan sido alertadas, demuestra un enorme declive de las labores de inteligencia de la organización terrorista, la pérdida de capacidad para infiltrar hombres de confianza en las filas y la efectividad de los controles en materia de contrainteligencia al interior de las FF.AA. De paso, la falta de fuentes de información confirma el arrinconamiento al que están sometidos los palurdos del monte.

En “las montañas de Colombia” deben ser conscientes de una realidad: sin inteligencia no se gana una guerra y el retroceso de la capacidad de infiltración y reclutamiento de fuentes por parte de las FARC es una situación que genera desmoralización, sobre todo en los mandos medios de la organización terrorista, lo que puede desembocar en deserciones masivas —estilo ‘Olivo Saldaña’— o en una desconfianza que terminaría por repetir, en diferentes zonas del país, la Masacre de Tacueyó.

Un duro golpe contra la izquierda judicial

La intención de la persecución inclemente contra las Fuerzas Armadas era llevarlas a la parálisis total. Los “falsos positivos”, la declaratoria de facto de la toma del Palacio de Justicia como crimen de lesa humanidad —error corregido a las carreras por el Tribunal Superior de Bogotá— y la injustificable condena al coronel Plazas Vega han sido duros golpes contra las Fuerzas Armadas, cuyos integrantes han padecido el acoso implacable de los operadores judiciales.

No hay duda: la persecución estaba cumpliendo con el objetivo y desde los últimos meses del gobierno Uribe se notaba la desmoralización de las tropas y la reducción de la operatividad de las fuerzas de seguridad del Estado.

Sin embargo, ‘Sodoma’ es un escupitajo a la cara de la izquierda judicial que tuvo que presenciar, atónita, como sus esfuerzos sólo contribuyeron a que militares y policías golpearan, con mayor precisión, al símbolo del accionar terrorista que ellos promueven desde la civilidad: la muerte del ‘Mono Jojoy’ es la comprobación de que el Ejército, la Policía, la Fuerza Aérea y la Armada están sacando fuerza de flaqueza para cumplir con su misión, despreciando incluso las consecuencias que podría acarrearles la muerte del terrorista.

A intimidar se dijo: incertidumbre en los voceros

Cuando una organización está debilitada, recurre al terrorismo para mostrar que sigue vigente. Sin embargo, cuando hace uso de la intimidación verbal, demuestra que su situación es más crítica de lo que percibe la ciudadanía.

Así está ocurriendo con las FARC, quienes pretenden difundir las peores advertencias, vendiendo una presunta preparación del terreno para justificar el asesinato de los secuestrados:

“Sabemos que los ejecutores de la guerra del régimen, ni por un minuto piensan que sus bombas de racimo pueden alcanzar a sus soldados y policías que permanecen como nuestros prisioneros de guerra en la selva. Nada les detiene de lanzar sus bombardeos feroces, inclusive asesinar a mansalva a sus propios hombres que dignamente han defendido sus políticas.”

¿Cómo olvidar a los diputados del Valle, que fueron fusilados mientras permanecían secuestrados por las FARC? Inicialmente los portavoces del terrorismo aseguraron que habían sido asesinados por el Ejército. Luego tuvieron el descaro de anunciar que un grupo militar no identificado había intentado rescatarlos. Tiempo después se supo la verdad: fueron ejecutados por los secuestradores supuestamente por un intento de fuga, como lo reconoció hace poco una desmovilizada del grupo terrorista.

De eso se asirán los “humanitarios” del diálogo: que las FARC, como lo han manifestado, podrían asesinar a los secuestrados y que resulta “urgente” la negociación. Si las amenazas del terrorismo se hicieran realidad, lo que en un primer momento no se ve posible por los costos políticos que traería la decisión, los amigos de las FARC justificarían la situación como el resultado de una incomprensible y monstruosa decisión “altruista”.

Como Ingrid, las FARC están “con la rabia en el corazón”

En medio del desespero y el dolor que les produjo a las FARC la muerte del ‘Mono Jojoy’, surgen los comunicados imprudentes que dan a conocer la verdadera situación de la organización terrorista. Dice Anncol, la agencia de prensa de las FARC:

“De confirmarse la muerte de Jorge, es sólo un indicio más que un verdadero jefe revolucionario esta con su gente, combatiendo y viviendo sus mismas vicisitudes y que su suerte está ligada en forma indisoluble a la del pueblo pobre y explotado de la ciudad y el campo.

Hay otros sin embargo, que usufructuando de un discurso revolucionario, corren para dialogar y abrazarse al narco terrorista que funge de presidente de la camada de criminales que es la burguesía colombiana.”

¡Tremendo! A los cabecillas terroristas que viven cómodamente en Venezuela, incluyendo a alias ‘Granobles’, hermano del abatido ‘Mono Jojoy’; los están calificando de falsos jefes revolucionarios, pues no se han quedado con “su gente”, combatiendo y viviendo sus mismas vicisitudes… ¿’Iván Márquez’ o ‘Rodrigo Granda’ se sentirán aludidos?

No obstante, este comunicado podría mostrar que tras la muerte de ‘Jojoy’ hay una división importante en cuanto a los fundamentos misionales de las FARC, toda vez que se cuestiona a aquellos que buscan el diálogo —¿desde alguna ONG o desde una curul en el Congreso?— y reniegan, de dientes para afuera, de la acción militar como consecuencia del discurso revolucionario.

De igual forma, este comunicado pareciera una amenaza desesperada de los palurdos del monte a sus camaradas vestidos de civil… es como si percibieran, o supieran, que los están abandonando o los van a dejar tirados a su suerte en las “montañas de Colombia”.

Pero también es una crítica a su aliado Hugo Chávez, quien decidió dialogar y abrazarse con el Presidente de Colombia, mientras usufructúa el discurso revolucionario que tantos réditos le ha dado para conformar sus huestes paramilitares con las que aterroriza a los venezolanos.

AL CIERRE: Hay que estar alerta: en medio de la persecución de la izquierda judicial contra las Fuerzas Armadas, no sería raro que algún fiscal pidiera el procesamiento de la cúpula militar por el asesinato del respetable ‘Mono Jojoy’.

Es más: no tendría nada de extraño que la Corte Suprema de Justicia determinara que los computadores de ‘Jojoy’ no son pruebas válidas porque fueron obtenidas sin una orden de allanamiento de la cueva ubicada en La Macarena… me imagino al magistrado Arrubla en todos los noticieros afirmando que era muy fácil obtener dicha orden con la dirección de la guarida.