Por Jaime Restrepo.
Al presenciar los confusos hechos que se registraron en Ecuador, resultan llamativos algunos pronunciamientos de condena contra la revuelta, con aroma de golpe de Estado, que se desarrolló en contra de Rafael Correa.
A medida que se conocían los escasos datos sobre lo que acontecía en Quito, salían a la palestra algunos protagonistas internacionales para lo que será conocido como la intentona golpista del 30 de septiembre. Uno de los primeros pronunciamientos se produjo en Cuba, en donde el canciller Bruno Rodríguez manifestó la indignación del régimen castrista por la revuelta contra Correa.
Unos minutos después, Hugo Chávez Frías, vía Twitter, manifestó su rechazo al presunto golpe de Estado en Ecuador y pidió una movilización de “los pueblos” del ALBA y de UNASUR.
Luego, a eso de las 4 de la tarde (hora colombiana), el presidente Juan Manuel Santos concedió una improvisada rueda de prensa antes de viajar a la reunión extraordinaria de UNASUR: al pie de la escalerilla del avión, Santos condenó enérgicamente lo que a su juicio era un golpe contra Rafael Correa.
¿Y qué tenía de raro que la tiranía castrista hiciera un pronunciamiento feroz contra el supuesto golpe de Estado en Ecuador? Además de la paradoja que significaba la protesta por la ruptura del orden democrático nada menos que por parte de una dictadura despiadada, resultaba cínica la indignación de un régimen que ha promovido la barbarie para que sus esbirros accedan al poder, en tierras distintas a la isla, precisamente por las sendas del golpismo y de la violencia.
Por el mismo carril del cinismo transitó Hugo Chávez, quien supuso que la memoria es corta para recordar que precisamente él encabezó una intentona contra Carlos Andrés Pérez en 1992. Además, ninguna autoridad moral le asiste a aquel que ha homenajeado y respaldado a los “insurgentes” colombianos y a sus estructuras de poder. No obstante el golpista se indignó por la grave situación que se presentó en Ecuador.
En cuanto a Juan Manuel Santos, era inevitable recordar sus actividades durante el gobierno del despreciable Ernesto Samper, cuando el ahora mandatario colombiano llegó incluso a apostar su frondosa barba por la inminente caída de Samper Pizano, situación que él lideraba con entusiasmo, buscando apoyos entre Tirios y Troyanos. No obstante, como apóstata, Santos rechazó enfático el presunto golpe de Estado en Ecuador y viajó raudo a Buenos Aires para asistir a la reunión extraordinaria de UNASUR en la que los mandatarios evaluarían la situación de Rafael Correa.
¿Qué les pasó a todos los que antes veían con simpatía, promovían o participaban en planes golpistas y ahora los condenan con solemnidad? En el momento de repudiar en coro los hechos que se desarrollaron en Ecuador, no importaron las ideologías, ni la direccional utilizada para gobernar.
Mucho me temo que para ellos el asunto no pasó por la defensa de la democracia: es evidente que el rechazo surgió de la solidaridad de cuerpo que los lleva a cuestionar cualquier amenaza contra el poder que han alcanzado, así la situación condenada cumpliera en lo básico con los mismos códigos de aquello que tiempo atrás ellos impulsaron con pasión.
Todo lo anterior no significa que la condena a un golpe de Estado no tenga validez. Por el contrario: los hechos ocurridos en Ecuador merecen el repudio de cualquier demócrata, pues Rafael Correa no sólo ha sido elegido dos veces, sino que cuenta con el respaldo mayoritario de los ecuatorianos.
Ciertamente es cuestionable la financiación de sus campañas y sus viajes a las haciendas de los Chávez en Venezuela. También son repudiables sus anhelos de mordaza. Es más: son válidos la crítica y el desprecio que suscita la alianza de miembros cercanos de su gobierno con las FARC, pero nada de esto puede justificar un golpe de Estado. Si alguien quiere sacar a Correa, que lo venza en el terreno en el que él ha ganado: en las urnas.
6 comentarios:
Parece que no fue un golpe de estado en Ecuador, sino una protesta de la policia por el recorte de los beneficios. Pero Correa decidio irse a confrontarlos en el cuartel y se atrinchero en el hospital sin querer salir hasta que desistieran de sus protestas.
Pero fue ese estilo confrontacional el que incendio una situación que no era critica.
Me gustaría que dijeran que postura esperaban que adoptara Santos frente a los hechos de ayer.
JFE:
Lo que pasa es que una simple protesta puede desencadenar en un golpe de Estado o en una guerra civil. Lamentablemente nunca sabremos qué ocurrió, pues los intereses políticos manejarán los hechos a su antojo.
Saludos.
ANÓNIMO 8:21 a.m.:
Ante la poca información, fragmentada además, lo primero era evitar proferir una calificación de la situación.
Lo segundo era mostrarse solidario sin tomar partido, es decir, lo que hizo el Vicepresidente, quien simplemente sostuvo que Colombia reconocía a Correa como el único presidente de Ecuador. Diplomáticamente lo de Angelino Garzón fue la opción correcta.
En tercer lugar, emprender semejante viaje para asistir a la reunión de Unasur, que es un invento sin ningún mecanismo que materialice sus acciones, es sencillamente una pérdida de tiempo.
Saludos.
Esto se parece muchísimo al mal llamado "Golpe de Pasto", porque el militar que abanderó dicho golpe tenía como exigencia ser nombrado por el Presidente López Pumarejo como Ministro de Guerra, lo cual viene a ser desconcertante en una situación así. No se apresa a un mandatario para un finalidad tan trivial, uno espera que vaya detrás del premio mayor.
Lo mismo pasó con los policías ecuatorianos, que al parecer demandaban que no se les rebajara los sueldos. Peor aún, le dieron la oportunidad a Correa para salir con frases grandilocuentes de prócer (seguramente se relamía los labios de pensar como iría a figurar el incidente en los libros de historia).
De todos los presidentes actuales de Latinoamérica, no he visto a alguien tan satisfecho de su ira y de su sobrerbia como a Correa. Basta ver las fotos y las declaraciones.
Que conste que de Uribe podrán decir que es iracundo, pero nunca dio la impresión de que disfrutara de estarlo, no al menos en la forma en que lo hace su homólogo de Ecuador. Es que ni Chávez, ya que estamos en esas.
LA FARSA DE RAFAEL CORREA
Esta carta está circulando en Quito
El señor Presidente nunca estuvo en calidad de secuestrado, estuvo siendo atendido por el personal médico del hospital de la Policía, mis Generales y el Sr. Ministro del Interior estuvieron en contacto permanente con él y preocupados por su seguridad, después de que de una manera prepotente en vez de conciliadora realiza el desafío incoherente de que lo maten si son valientes, nadie quería matarlo ni derrocar al régimen, su seguridad, compuesta por compañeros Policías de honor, el personal del GOE lo resguardo permanentemente, incluso cuando llego al cuartel de este grupo, se le indicó que ahí era más seguro que bajar al Regimiento Quito, y luego de todo, desde el interior del Hospital el dio varias declaraciones vía telefónica en múltiples ocasiones del día.
Minutos antes del salvaje asalto militar a esta casa de salud (ojo, no cuartel policial) con armas de grueso calibre y municiones reales, en donde se encuentran mujeres, niños y ancianos la mayoría de ellos graves, pues nadie va a un hospital de vacaciones, con diferentes dolencias y que por la gran lluvia de gases y la balacera sin medida (siendo las paredes del Hospital Quito, testigos mudos de este hecho) resultaron con asfixia y crisis nerviosas, ya se estaba cantando el Himno a la Policía Nacional y preparada la calle de honor por la que se disponía a sacar al Sr. Presidente para ser trasladado al Palacio de Gobierno, acción que se mantenía durante más de dos horas, con motocicletas policiales esperando escoltar a dos vehículos de la caravana presidencial que nunca llegaron, por tanto, la incursión fue provocada para ganar protagonismo.
Compañero transmite este mensaje a todos tus contactos para que sepan la verdad y no como lo dicen que fue un secuestro y mucho menos un intento golpista y si estuviste dentro del Hospital cuéntale al mundo como pasó la real situación.
VALOR DISCIPLINA Y LEALTAD!!
Dr. Fernando Vargas M.
Bioquímico FarmacéuticoCoordinador de Medicinas e Insumos Médicos
Hospital Quito No.1 de la Policía Nacional.
Tel: 2443218 ext 1077
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