La “filantropía” de los criminales y el prevaricato de los togados

Hemos llegado al colmo de la tergiversación: los terroristas de las Farc se autoproclaman como ejército del pueblo, mientras siguen empeñados en profundizar su historia de muerte y desplazamiento. Entre tanto, los carniceros comandantes de las Autodefensas, como Eduardo Téllez Covo alias ‘Diego Vecino’, pretenden ser los “héroes” de la verdad y de la reparación a las víctimas.

Al conocer la decisión de la Corte Suprema de “Justicia” de negar su extradición, ‘Diego Vecino’ aseguró que tal decisión “fortalece y genera confianza (en) la ley de justicia y paz, en beneficio de la víctimas y de la sociedad colombiana de conocer la verdad”

¿Desde cuándo les interesa a semejantes bestias negras el beneficio de las víctimas y que se conozca la verdad? Lo de ‘Diego Vecino’ es la procacidad en su máxima expresión: el miserable fue uno de los comandantes del Bloque Héroes de los Montes de María, conocido por las masacres de Chengue, El Salado y Mampuján.

Sin embargo, el mismo que habla de la verdad ha insistido ante la Fiscalía que solo era el comandante político y que nunca impartió la orden de asesinar a nadie y mucho menos participó en masacre alguna... ¡Todo un angelito! ¿Esa es la verdad con la que el criminal ‘Diego Vecino’ va a contribuir durante su cómoda estancia en cárceles colombianas?

Ahora resulta que los autores materiales e intelectuales de miles de asesinatos y desapariciones son hermanitas de la caridad incomprendidas, que solo buscaban el bien común de los colombianos, pasándolos “a mejor vida” u obligándolos a desplazarse a la “vida moderna” de las urbes del país.

No le creo a ‘Diego Vecino’, ni tampoco a los demás “filántropos” paramilitares, esa pose de buscadores incansables de la verdad y del bien común. Además Esas postizas posiciones generan asco, pues simplemente están comprando su permanencia en el país para seguir al mando de sus cocinas y rutas. Si para eso tienen que inventarse testimonios que salpiquen a otros y los dejen a ellos como “héroes”, pues así será.

El bloque que comandaba el “filántropo” ‘Diego Vecino’ tiene en su historial la masacre de El Salado. Los datos más conservadores señalan que en esa acción de los “héroes” de los Montes de María fueron asesinados más de 100 colombianos. En las masacres de Chengue y Mampuján, los paramilitares al mando de Eduardo Téllez Covo torturaron y asesinaron a 41 personas... pero él jura que no tuvo nada que ver.

Mientras alias ‘Juancho Dique’ ha confesado algunas de las atrocidades de los “héroes” bajo su mando, su compinche ‘Diego Vecino’ se ha negado a declarar los crímenes que ordenó, perpetró y respaldó como comandante de un bloque paramilitar. ¿Esa es la verdad que quiere proteger la Corte Suprema? Estamos ante el contubernio de jueces y criminales con propósitos claramente políticos.

En aras de garantizar su feroz ataque a la democracia, la mayoría de magistrados de la Corte Suprema de “Justicia” no tienen el menor pudor en proteger a los asesinos, pues con las excusas de la verdad y de la reparación, las víctimas se convierten en un instrumento político que utilizan a su antojo tanto los militantes togados como los autoproclamados defensores y portavoces de las víctimas, quienes han negociado la no extradición por uno o varios testimonios que salpiquen a alguien que les resulte antipático o nocivo para sus intereses totalitarios.

Una voz solitaria

En la decisión de impedir la extradición del “filántropo” Eduardo Téllez Covo, una voz valiente se apartó de la masa de prevaricadores erigidos en magistrados de la Corte Suprema. Se trata de la Presidenta de la Sala Penal, María del Rosario González, quien hizo un durísimo salvamento de voto.

González sostuvo que al negar la extradición de ‘Diego Vecino’, el tribunal sobrepasó sus funciones constitucionales y afirmó que "la mayoría (de magistrados) deja de lado el debido proceso que gobierna el trámite de extradición, (...) y, de paso, releva de sus responsabilidades al Presidente como Jefe de Gobierno y Suprema Autoridad".

Más adelante, la Magistrada aseguró que "tal aseveración pone precisamente de presente que la mayoría de la Sala se adentra en ponderaciones ajenas a su reglada función constitucional y legal".

El salvamento de voto de la valerosa Magistrada González de Lemos resulta gravísimo, pues en la práctica está denunciando la suplantación de autoridad por parte de la Corte Suprema, al interponerse en las decisiones que según la Constitución y la ley, son potestad del Presidente de la República.

Así mismo, González señala la ilegalidad de la decisión de la Sala Penal y el arbitrario desconocimiento del debido proceso, es decir, el prevaricato que cometieron, por intereses netamente políticos, los corruptos togados que integran el máximo organismo judicial del país. Es tan grave el sesgo de la Corte, que a las voces que hemos señalado los prevaricatos de sus miembros se une ahora el clamor que surge de una Magistrada de esa misma institución.

Una sola voz, como una golondrina, no hace verano, pero sí demuestra que en la Corte Suprema aún quedan algunas voces dignas y legítimas que intentan contrarrestar la arremetida jurídica del partido político de las Farc.

Por Jaime Restrepo.