16 de enero de 2012

Santos y la Corte con su Fiscal de bolsillo

Por Jaime Restrepo V.

Pasó más de un año para que la Corte Suprema de Justicia tomara la decisión de elegir a la Fiscal General de la Nación. Según los togados, no podían llegar a un acuerdo sobre la terna enviada por Álvaro Uribe, por lo cual, el actual presidente decidió cambiarla y nominar, entre otros, a Viviane Morales.

Muchos se sorprenden con la seguidilla de escándalos que vienen surgiendo en torno a la fiscal Morales. ¿Pero qué otro resultado se podía esperar de un proceso de elección espurio, con una terna alineada con oscuros intereses políticos? Los magistrados de la Corte Suprema, en cabeza de Jaime Arrubla, desconocieron las normas constitucionales al no elegir al fiscal de la terna enviada por Uribe. Luego, en una decisión cuestionable, el gobierno Santos cambió la terna, envió a Vargas Lleras como su emisario y en una noche oscura, finalmente la Corte eligió a Viviane Morales.

Curiosamente, en esa noche nefasta, los impedimentos que habían expuesto los magistrados, como la ausencia de especialistas en derecho penal en la terna de Uribe, desparecieron de golpe y se convirtieron en valores agregados de la nueva fiscal. Era tanto el afán de elegir a alguien de la pandilla, que designaron a Jaime Arrubla como presidente de la Corte para que encabezara la tropelía y una vez cumplida la misión, presentó renuncia y se retiró a sus cuarteles de invierno.

Además de los políticos beneficiados con esa decisión, muchos incautos que profesan el cristianismo, bailaron en una pata por la elección de la nueva fiscal. En sus tiempos aciagos, o cuando perdió el ojo, o cuando dejó a su primer esposo —pastor de una iglesia cristiana—, o cuando decidió casarse con Carlos Alonso Lucio —matrimonio celebrado por el periodista y pastor Darío Silva— , o cuando decidió separarse por segunda vez; en todas esas ocasiones, centenares de cristianos emprendieron cadenas de oración y ayunos por Viviane Morales.

Hoy en día, esos cristianos están desconcertados, buscan afanosamente una explicación para las actuaciones de la “hermana Viviane” o tratan de justificarla por las lágrimas que derramó en un video. Sin embargo, como buenos colombianos, olvidan el origen de la visibilidad de Viviane Morales en el cristianismo: una oportunista que se valió del negocio de la fe para consolidar su carrera política primero en un partido de garaje impulsado por Ernesto Samper en la famosa Operación Avispa, luego como activa defensora del presidente financiado por el Cartel de Cali y finalmente sentada en la dirección colegiada del Partido Liberal, al lado de Piedad Córdoba y otras hierbas del pantano rojo.

Ahora, con los escándalos surgidos alrededor de la fiscal, muchos deciden señalarla únicamente a ella, y dejan de lado a los autores intelectuales de la elección. ¿Por qué no se cuestiona a los electores de la señora Morales? De hecho, el largo e ilegítimo recorrido que terminó con la elección de la fiscal tiene su génesis en la exhibición arbitraria de poder por parte de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Es más: el pulso que decidieron jugarse con el entonces presidente Uribe, terminó por abrir espacios de presión para que el nuevo gobierno cediera rápidamente y eligiera una terna alineada con los intereses de la Corte y de sus mandamases.

Hasta el momento, nadie le ha preguntado a Juan Manuel Santos quién sugirió el nombre de Viviane Morales para la terna o ¿qué lo convenció de incluirla? Es que no se puede presumir la ingenuidad de Santos en el tema Morales, pues fue el actual presidente quien lideró la persecución contra el gobierno Samper y en tal posición, conocía perfectamente el nombre de las fichas que utilizaba el entonces presidente en el Congreso y en el poder judicial, máxime si se tiene en cuenta que fue una abogada “cristiana”, representante a la Cámara para más señas, la que paralizó la investigación contra los congresistas que votaron a favor de la preclusión del caso Samper.

En ese orden de ideas, Santos conocía de sobra la lúgubre trayectoria de Viviane Morales, sus saltos al vacío y sobre todo, su lealtad con Samper y con los dueños del Partido Liberal, tanto que su último trabajo antes de la Fiscalía fue como comentarista política en la mesa de trabajo de Caracol Radio, empresa en la que conservan algunas parcelas los descendientes de Alfonso López Michelsen.

¿Cuáles eran los objetivos de ese juego de poder? Lo primero que interesaba al nuevo gobierno tanto como a sus mejores amigos —Ernesto Samper y compañía— era emprender la persecución política contra el uribismo. Sin una ficha manipulable en la Fiscalía, dispuesta a pasar por encima de las normas, de la ética y del sentido común, les resultaría muy difícil contar con el ente investigador como elemento clave para la demolición de aquello que se conoce como uribismo.

Además, era necesario represar procesos clave como el del asesinato de Álvaro Gómez y dejar marchitar los expedientes contra políticos, periodistas y empresarios asociados y beneficiarios de las FARC. Así mismo, les resultaba urgente tener una Fiscalía sesgada ideológicamente —o alineada con el partido político de la Corte— para profundizar la cacería emprendida contra miembros de las Fuerzas Armadas, de tal manera que se reduzcan las operaciones y se establezcan las condiciones para que las FARC se envalentonen, tengan espacio para sus acciones terroristas, recuperen control territorial y se justifique así la negociación con los criminales "altruistas".

En la actualidad, muchos ignorantes señalan que lo de Viviane Morales es una persecución del uribismo contra el dechado de virtudes y talentos que es la actual Fiscal. ¿Olvidan acaso que tres de las primeras denunciantes del caso —María Elvira Samper, María Jimena Duzán y Cecilia Orozco— son protagonistas de primer orden en el antiuribismo?

Seguramente, los verdaderos responsables de la tragedia que significa tener una fiscal general cuestionada, no se inmutarán por sus culpas, ni serán señalados, ni les pedirán que asuman su responsabilidad política, pues el prontuario ético y moral de Viviane Morales encaja como anillo al dedo dentro de los propósitos del apostador-presidente y de sus esbirros.

6 comentarios:

Unknown dijo...

Excelente trabajo, mis sinceras felicitaciones !!

Unknown dijo...

!

Nsoren dijo...

Y eso pasa porque Viviane no carga su formatico Minerva para esos casos.

Anónimo dijo...

Cierto, contundente y desalentador, ¿pero qué más esperar de ciertas personas que con tal de darle palo a lo que encarna Uribismo, se vuelven mejor amigo del principal patrocinador de los criminales de las Farc, nómina una fiscal ilegitima legal, ética y moralmente, y además es capaz de nombrar como sus nuevos socios a quienes eran sus contradictores? El gobierno Santos no es de Unidad Nacional, es de unidad pero de víboras.

Atrabilioso dijo...

RAFAEL:

Muchas gracias por sus elogios.

Atrabilioso dijo...

BLADIMIR:

La tragedia está en el apoyo que diversos sectores uribistas, encabezados por el expresidente, le han brindado a Santos Calderón. A la falta de coherencia política se suma la parálisis para hacerle frente al deforme moral que actualmente rige los destinos de Colombia.

Un abrazo enorme.