2 de mayo de 2011

Colombia sangra

Por Jaime Restrepo V.

Hay hechos inocultables. Uno de ellos es el río de sangre ocasionado por el incremento del accionar terrorista de las FARC. Aunque el número de uniformados asesinados ha disminuido, si se compara con las cifras de 2002, el número de soldados y policías heridos creció durante el 2010.

Según la Corporación Arco Iris, en el 2002, 1.537 miembros de las Fuerzas Armadas resultaron heridos en acciones terroristas de las FARC, mientras que en 2010 la cifra se elevó a 2.052 uniformados heridos, lo que representa un incremento del 25,1 % en el número de militares y policías lesionados en acciones terroristas.

A León Valencia, director de la ONG, le parece que "otra vez la guerrilla colombiana muestra una gran capacidad de adaptación", a juzgar por el crecimiento del número de heridos en las fuerzas del Estado. Sin embargo, la supuesta adaptación no es más que una respuesta desesperada a la asfixia a la que están sometidas las tropas terroristas, por lo cual, más que adaptación, es una salida de supervivencia.

Es más: las condiciones de arrinconamiento han obligado a las FARC a concentrarse en la práctica casi exclusiva del terrorismo, no como una fórmula para escalar en la confrontación, sino como una receta de resistencia para no desaparecer definitivamente.

Según Arco Iris, la “nueva” estrategia guerrillera, el Plan Renacer, se basa en el uso de explosivos (cerca del 50 % de las acciones), gran parte de ellos minas antipersona y en el uso de francotiradores. Tales acciones corresponden a tácticas defensivas que evitan la confrontación y cumplen con dos objetivos: permanecer en el repliegue al que se vieron obligados desde el gobierno Uribe y ocasionar bajas para aparentar su vigencia en el campo de batalla.

Por lo anterior, el Plan Renacer es la evidencia palpable de la debilidad de las FARC, pues las estructuras que aún permanecen operativas, mantienen el repliegue anunciado por el grupo terrorista desde hace varios años, y demuestra su incapacidad para salir de esa fase.

Es que la adaptación, desde la perspectiva militar, implica que frente a una modificación estratégica del enemigo, se hacen rectificaciones en las tácticas para enfrentarlo y superarlo. Nada de eso ocurre con las FARC, cuyos mandos pueden soñar nuevamente con la toma de cabeceras municipales y de capitales de departamento, pero la realidad es que dichas aspiraciones corresponden más a la nostalgia de aquel reciente pasado en el que un gobierno pusilánime les otorgó todas las ventajas militares y estratégicas para alcanzar el poder por las armas.

Además, la presunta adaptación, con la resignación al repliegue, implica el aislamiento de las tropas terroristas y de sus jefes, no solo en el área estratégica sino también en la pérdida de influencia en la población civil. De hecho, ahora las FARC solo tratan de conservar el poder en los territorios en los que se han refugiado, como la zona rural de La Julia en el Meta, o en aquellas zonas en las que han tenido que salir de sus guaridas para enfrentar el combate, lo que resulta antipático para la ciudadanía rural, que padece los estragos de las abominables minas antipersona, pues esa práctica termina secuestrando a la población que es rodeada o amenazada con esos artefactos.

De otro lado, en las cuentas de Arco Iris no podía estar ausente la mala fe: dice la ONG que “el total de bajas fue de 2.540 uniformados el año pasado frente a 2.236 en 2002". Aunque es cierto que el número de heridos se incrementó, Arco Iris pasa de agache frente a sus propias cifras en cuanto al número de efectivos fallecidos por el accionar terrorista de las FARC: según la ONG, en 2002 murieron 699 militares y policías, mientras que en 2010, la cifra se redujo a 488 muertos. Esto significa que el asesinato de uniformados se redujo en un 30,2 %, pese a la utilización de minas, francotiradores y sicarios al servicio del terrorismo.

Claro que todo lo anterior describe la situación de las FARC en el monte, circunscribiendo el Plan Renacer únicamente al combate de un grupo terrorista contra las Fuerzas del Estado. La verdadera adaptación del Plan Renacer está ocurriendo en los terrenos político y judicial, en donde el terrorismo ha logrado paralizar unidades militares completas y dejarlas exclusivamente en fase defensiva, ante la imposibilidad de asumir la iniciativa por las medidas judiciales que se toman en su contra.

Además, el Plan Renacer viene operando sin ninguna cortapisa en otros frentes de “combate”. De hecho, el comandante de las Fuerzas Militares, almirante Edgar Cely, reconoció que el denominado Plan Renacer busca "trabajar silenciosamente en las universidades y colegios” para tratar de estabilizar la estrepitosa caída en el número de combatientes y lograr una penetración significativa en las principales ciudades del país.

A Arco Iris le faltó explicar los motivos para su euforia por la adaptación: no es el monte el escenario del Plan Renacer, sino los estrados judiciales, la condena mediática y los idiotas útiles que se adhieren a la causa narcoterrorista.

Desde la prensa

A los desesperados intentos de resucitación que practica Arco Iris, se suman los informes “noticiosos” que de vez en cuando publica El Espectador. El más reciente señala que “hoy en día, por lo menos en el papel, las fuerzas gubernamentales llevan la ventaja”, mientras destaca el ánimo entusiasta de los terroristas del monte, el trabajo cívico de las FARC en los alejados territorios en los que conservan algún control y la facilidad para adquirir armamento nuevo.

La falta de contexto en la información de El Espectador es una práctica habitual en ese medio, desde que está en poder del grupo Santodomingo. Por eso es importante señalar que la recuperación del control territorial por parte del Estado, la reducción del secuestro y la disminución de las tomas a poblaciones (entendidas no como ataques sino como ocupación y sostenimiento de una posición), son hechos reales que trascienden el papel y son percibidos por la ciudadanía.

Más adelante, El Espectador habla de la moral en alto de 54 terroristas que integran una columna de las FARC. Además de lo ingenuo que resulta creer que los combatientes entrevistados reconocerían la debilidad y aflicción que padecen, el número de guerrilleros reportado en el informe es una evidencia del declive de las FARC.

De hecho, esos 54 jóvenes que están combatiendo —no están operando en tácticas de adaptación, sino en confrontación regular— dejan ver que el poder de fuego que ostentaron las FARC hasta 2002, es sólo un recuerdo de días “gloriosos”: en aquel momento, una compañía del grupo terrorista era integrada por 160 combatientes en promedio, que enfrentaban a las alicaídas fuerzas del Estado. En la actualidad, como lo señala el informe, el poder de fuego de las unidades operativas del terrorismo se redujo en dos terceras partes, lo que demuestra la crisis por la que atraviesa la organización narcoterrorista.

Los esfuerzos de papel para revitalizar a las FARC ante la ciudadanía coinciden con el trabajo urbano y judicial que adelanta el grupo terrorista para mantenerse como una gran amenaza vigente, acción que surge de la nostalgia de aquellos tiempos en los que tuvieron a Colombia rendida a sus pies y del alineamiento del actual gobierno con los propósitos del terrorismo… ¡Están motivados, ciertamente!

6 comentarios:

Unknown dijo...

Muchas estructuras de poder historicamente se han sostenido sobre la base de crear un enemigo.

Proceso ilustrado en "1984" de Orwell.

Y que se ve en la practica por ejemplo en USA con el macartismo tenian a la poblacion y a medio mundo asustados con el avanze comunista.

O esto de tener un Ben Laden al cual perseguir

En Colombia la clase en el poder a creado y usado a las FARC como medio de mantenerse en el poder.

Para destruir a las FARC se necesitaria haber alimentado a otro enemigo para usarlo en sustituto.

Pienso yo que cualquier gobierno que si tuviera la voluntad de erradicar a la guerrilla, lo haria.

Pero en Colombia es necesario para estos quistes del poder mantenerla, para mediante el miedo controlar a la poblacion.

Asi que las FARC seguira siendo un tema electoral (y electorero) por muchiiiiiisimo tiempo, diria yo no menos de un par de decadas.

Por ello no es raro que el regimen "Santos" las este dejando recuperarse. De esa manera asegura el poder, dinero, socios, etc, etc...

D. dijo...

Da pereza discutir las cretinadas de León Valencia.

En 2002 la política de Pastrana era de atrincherar al ejército y estar a la defensiva. Uribe cambió eso y puso al ejército a la ofensiva. Obviamente los combates aumentaron considerablemente, y con ellos el número de heridos y muertos.

Sólo que antes morían menos soldados y más civiles. Ahora un poco más de soldados y muchísimos menos civiles.

Miguel Antonio Cortés dijo...

Schlecter:

Muy profundo su análisis, pero poco realista también. Las FARC son un peligro real...y muy difícil de eliminar.

Imagínese que eliminar a las farc es como eliminar a una peligrosa plaga. No es tan fácil como usted piensa.


D:

Sus cretinadas son más vergonzosas que las de León Velencia. Esto suponiendo que el último sea un cretino.

La muerte de civiles ha aumentado por la infiltración de la guerrilla y los grupos paramilitares en la población civil. Además esta ignorando los famosos "daños colaterales".

Miguel Antonio Cortés dijo...

Corrección: "León Valencia".

Unknown dijo...

Creo yo que para eliminar a las FARC basta unicamente la voluntad de un gobierno en hacerlo.

Por eliminar no quiero significar muertes o borrar a sangre y fuego.

Mi eliminar significa simplemente hacer un paso de las FARC de lucha armada a unas FARC productivas y pacificas para el pais.

Una asimilacion hacia una vida de bien en pro de Colombia.

Por ejemplo una operacion dirigida a capturar a la cupula en varias fases.

Primero haya que suprimir militarmente a los mandos medios y fatigar los bandos bajos.

Luego ir capturando progresivamente las cabezas cupulares de menor rango hasta finalmente dar con los numeros 3,2 y 1.

Es un procesdimiento viable que se hace seguido en el ambiente policial cuando se lucha con grupos de crimen organizado, usualmente se le conoce como "Planes de Decapitacion", esto puede tener el tiempo que usted desee desde meses hasta inclusive hacer el operativo en un dia.

Creo yo que dejando acefalas a las FARC en una sola noche y aprovechado que durante 8 anios hemos debilitado los mandos medios, es un enemigo bastante despreciable.

Derrotar a las FARC militar, politica y socialmente es un hecho bastante posible. Que no tomaria mayor tiempo.

Fijese que derrotar a Gadafi no tomo mas de 1 semana....

La cuestion es que a Santos le conviene tener FARC.....

Fabian dijo...

Hay cierto retroceso y cierta tendencia al estancamiento del conflicto, la situación de orden publico esta casi similar al nivel del 2003, solo que hay algunas variaciones pues la guerrilla está haciendo acciones sicariales y de guerra de guerrillas, y el Ejercito ya no tiene la iniciativa de ese entonces para atacarlas, más bien parece que estuvieran de nuevo a la defensiva aunque de vez en cuando hacen algunas operaciones ofensivas.

Por otra parte dicha situación era previsible, las Farc hicieron un repliegue estratégico entre el 2007 hasta mitad del 2009, a parte de los golpes como la caída de Reyes y la operación Jaque que coincidieron con dicho repliegue, y a partir de ahí volvieron a aumentar su accionar aprovechando la coyuntura electoral y para desgastar al nuevo gobierno, como no creo que puedan mantener esa ofensiva lo más seguro es que a partir del último trimestre hasta el 2013 vuelvan a otro repliegue estratégico.