Por Jaime Restrepo Vásquez.
Si hay algo que avergonzará a las generaciones futuras, será el amañado proceso judicial contra el coronel Alfonso Plazas Vega, cuya injusta y aberrante condena sin prueba alguna indica que en Colombia se ha dado una suplantación de la justicia por un aparato que opera para favorecer los intereses y las venganzas del terrorismo en nuestro país.
Uno de los más importantes cómplices del adefesio contra Plazas Vega, el abogado Jorge Molano, defensor de las “víctimas” del Palacio de Justicia –encarnadas en sujetos como René Guarín, terrorista y secuestrador al servicio del M-19- será premiado por el gobierno de los Estados Unidos. En un comunicado difundido por la embajada de ese país en Colombia, se informa que Hillary Clinton le concedió a Molano una mención especial del premio Defensor de los Derechos Humanos 2010, galardón que entrega anualmente el Departamento de Estado para rendir “un homenaje a aquellas personas que se destacan por su constante labor de defensa de los derechos humanos alrededor del mundo”.
Dice el comunicado que, “para el Gobierno de Estados Unidos, Jorge Molano es un hombre que con valentía ha hecho buen uso de los tribunales colombianos para buscar justicia en los casos contra los derechos humanos desde hace más de 20 años”.
Ciertamente Molano ha hecho “buen uso” de los tribunales, entrando en colusión con el aparato judicial colombiano para ejecutar la vindicta de los terroristas del M-19 y de los narcotraficantes que perdieron sus bienes cuando Plazas Vega era director de Estupefacientes.
Sin embargo, resulta torpe la visión del actual gobierno norteamericano al considerar que Molano ha buscado justicia, pues si ese fuera el caso, y sus intereses no estuvieran enteramente al servicio de intenciones oscuras como el proyecto de desmoralización de las Fuerzas Armadas, la ética le habría indicado que el único camino era repudiar la condena sin evidencias que se aplicó contra Plazas Vega. Así mismo, un verdadero defensor de la justicia, se habría opuesto a un procesamiento con testigos que nunca pudieron ser enfrentados por el acusado o que solo buscaban beneficios para reducir sus largas condenas.
Además, resulta ofensivo que el gobierno de los Estados Unidos sostenga que “Molano se destaca por su pasión por este trabajo por enderezar las cosas en Colombia”, cuando la actividad profesional del ahora premiado ha sido completamente opuesta al concepto de “enderezar las cosas en Colombia”, salvo, claro está, si tal descripción indica que Molano ha sido pieza fundamental en el avance de la guerra judicial que viene aplicando el comunismo en nuestro país.
La mención especial para Jorge Molano, por la “búsqueda de la justicia”, recuerda el premio Rodolfo Walsh, otorgado por la Universidad Nacional de La Plata a Hugo Chávez Frías, dejando en evidencia la influencia del terrorismo judicial colombiano en el gobierno Obama y la aceptación sumisa de los funcionarios norteamericanos, de la deformación de los hechos que ocurren en Colombia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario