Por Jaime Restrepo.
Era cuestión de tiempo para que el dictador venezolano reanudara sus andanadas contra Colombia. Antes de las presidenciales, Chávez hizo todo lo posible para influir en las elecciones y así evitar que Juan Manuel Santos llegara a la Presidencia.
El tirano intentó sembrar el temor en los colombianos, amenazando con un inminente conflicto bélico si Santos ganaba. Ahora, sólo unos días después de la segunda vuelta, Chávez ha comenzado a lanzar los señuelos que le faciliten abrir el espacio para cumplir con sus amenazas.
En uno de los discursos pronunciados en Ecuador, con ocasión de la cumbre del Alba, el dictador venezolano insinuó dos puntos para “rehacer” las relaciones con Colombia: la presencia militar norteamericana y que Santos reconozca que fue un error la operación en la que se dio de baja a ‘Raúl Reyes’.
En cuanto a las tropas estadounidenses, y sobre todo la presencia de tecnología militar de última generación, Chávez tiene razones económicas y de supervivencia para lanzar esta exigencia. Según el autor venezolano Bayardo Ramírez Monagas, el incremento en el paso de drogas por su país, reflejado en el último informe de la ONU que señala a Venezuela como el principal punto de origen de los alijos destinados a Europa y África Occidental; se debe a que el gobierno venezolano sólo ha atacado a los que compiten en el tráfico de drogas con las FARC, grupo terrorista que tiene excelentes relaciones con Chávez y sus secuaces.
Además, Ramírez Monagas sostuvo que “desde Wilber Varela, alias Jabón, y los que han caído hasta ahora, son competidores del grupo guerrillero en el negocio de los estupefacientes”.
El dictador venezolano sabe que esos equipos en Colombia son una amenaza real y concreta para el próspero negocio de las rutas del narcotráfico en su país y puede generar graves problemas para sus socios narcoterroristas de las FARC. De igual forma, el dictador tiene claro que esa presencia militar norteamericana es una muralla que lo obligaría a pensar dos veces una agresión bélica contra Colombia.
Eternas e insuficientes disculpas
El segundo “inamovible” de Chávez es una disculpa, pero con todo y arrodillada, por la operación Fénix en la que se dio de baja al socio del dictador alias Raúl Reyes. Este es un punto complejo, pues difícilmente el tirano o su muñeco de ventrílocuo Rafael Correa recibirán una satisfacción total en este punto.
Seguramente Santos podría disculparse por tumbar unos cuantos árboles en una zona deshabitada, e incluso por incursionar en territorio ecuatoriano sin advertirle al gobierno de ese país —cómplice de las FARC en temas como las fumigaciones— sobre el operativo; pero Santos no llegaría al punto de arrepentirse por un golpe de mano que permitió eliminar al segundo al mando del grupo terrorista que intentó arrasar con el país.
Colombia no entendería que el presidente electo ofreciera disculpas por el operativo contra ‘Raúl Reyes’, y tampoco le creería: para pedir perdón, y esperar que sea concedido, hay que mostrar verdadero arrepentimiento y propósito de enmienda: nadie le otorgaría credibilidad alguna a un presunto arrepentimiento de Santos frente a la operación de Angostura y sería difícil creer que tiene algún propósito de enmendar una situación de la que se siente orgulloso y que ha sido respaldada por buena parte de la ciudadanía.
Muchos en Colombia creemos que la violación de la soberanía ecuatoriana fue un mal menor, si se compara con el extraordinario resultado de mandar al infierno a alias Raúl Reyes.
Así mismo, viendo la situación posterior de la zona del río San Miguel, en la que se erradicó el asesinato de colombianos por parte de los terroristas que se refugiaban en Ecuador y se acabaron los ataques sangrientos contra bases como la de Teteyé, Putumayo, el resultado es que esa incursión a Angostura, y las bajas terroristas, salvaron la vida de decenas de militares colombianos… Santos no podrá sentir remordimiento alguno por proteger la vida sagrada de esos ciudadanos.
Además, si Ecuador no ha pedido disculpas por el asesinato de los madereros colombianos Onorio Bastidas, Víctor Meneses, Efrén Guevara, Oscar Gómez, Weiman Navia y Virgilio Narváez; en hechos ocurridos hace 9 años en Colombia, ¿por qué arrepentirse y formular propósitos de enmienda ante la muerte del despreciable Raúl Reyes?
4 comentarios:
Buenos dias, no hay que ser un genio para darse cuenta que la relacion con el gobierno chavista de Venezuela no va a cambiar en nada y posiblemente pueda empeorar, pues esa palabreria sobre soberania y cabeza erguida contra el imperio es la que sostendra el gorilla en el poder en Venezuela. Gracias a Dios que el Chavez Colombiano aun no ha nacido y si ya nacio aun esta en pañales, pues un dia lo vamos a tener, queramos a no. Dios nos libre y nos coja persinados!.
REALISTA:
La coyuntura es explosiva: En tres meses se realizarán las elecciones legislativas en Venezuela y Chávez siente que las cosas no están bien e incluso, que podría perder las mayorías en la Asamblea Nacional. Eso es peligroso, pues en cualquier momento puede recurrir a la medida desesperada de profundizar la problemática con Colombia.
De otro lado, aquí ya hay chavecitos creciditos como Jorge Robledo o Wilson Borja... incluso bien crecidas, por todos lados, como Piedad Córdoba o semidesarrolladas como Gloria Cuartas... otra cosa es que no tengan posibilidades, en condiciones normales, de gobernar.
Esa resulta una pregunta interesante: ¿Quiénes representan la versión colombiana de Hugo Chávez?
Un abrazo.
Es interesante que un cristiano hable de ¨despreciables¨. NO qué todos somos iguales ante los ojos de DIOS?
ANÓNIMO:
Comencemos por decir que despreciable es un sujeto digno de desprecio, es decir, alguien a quien no se estima y se tiene en poco.
De hecho el rey David, por ejemplo, utilizó la palabra despreciable para referirse a sus perseguidores. En el Salmo 35 dice:
Pero ellos se alegraron en mi adversidad y se juntaron;
se juntaron contra mi gentes despreciables
y yo no lo entendía…
Igual ocurre con Daniel, quien en el capítulo 11 habla de un hombre despreciable que asumirá el trono.
Más allá de lo anterior, hay dos aspectos que resultan fundamentales: el primero tiene que ver con el equívoco inicial de su comentario, pues un cristiano trata de imitar a Dios y nunca de ser Dios.
Pero ahí se llega a otra situación más compleja, pues de hecho la Biblia, por ejemplo, es una constante invitación a despreciar el pecado, las tentaciones y a los sujetos que motivan malos procederes: el libro de Proverbios tiene diversas citas al respecto.
Entonces ¿cree que un cristiano puede apreciar a Satanás? ¿Acaso un cristiano puede apreciar, o admirar, a un sujeto lleno de maldad que ordenó una monstruosa colección de tropelías?
Seguramente muchos cristianos podrán sentir compasión por el individuo al que yo desprecio, pero como pudo ver, desde David, pasando por Daniel e incluso Malaquías, se refirieron a otros como despreciables, específicamente por sus condiciones de maldad.
Sigo despreciando a Raúl Reyes y eso no me hace más o menos cristiano.
Lo que resulta curioso es que usted se pegue de una sola palabra, sin hacer un solo aporte constructivo al post, con propósitos que resultan sumamente oscuros... de golpe, por identidad, a usted le parece horrible el desprecio por Raúl Reyes.
Saludos.
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