28 de noviembre de 2011

Cuatro secuestrados asesinados: ¿Las FARC, únicas responsables?

Por Jaime Restrepo Vásquez

¿Asesinato? ¿Fusilamiento? ¿Tiro de gracia? ¡Qué importa la semántica! Las palabras se agotan al tratar de describir el crimen cometido por las FARC contra los secuestrados Libio José Martínez, Édgar Yesid Duarte, Elkin Hernández Rivas y Álvaro Moreno.

Ahora, cuando cuatro familias, que soportaron la tortura de un ser querido secuestrado, solo recibirán unos féretros sellados como respuesta a la esperanza fraudulenta que les infundieron los promotores de la negociación durante más de diez años; no resulta suficiente el señalamiento genérico contra las FARC.

En medio del dolor, las palabras del presidente Santos, asegurando que las FARC son las únicas responsables del crimen, no son satisfactorias. Es más: a la luz de las actuaciones, apoyos y acatamiento a las instrucciones impartidas por los mandos de las FARC, la atribución al grupo terrorista parece insuficiente y hasta cómplice de los avances que registran las fuerzas políticas que han tenido a su servicio a los palurdos del monte... se nota la intención de desligar a esas fuerzas de civil de las tropelías de sus muchachos en las montañas de Colombia.

¿Cómo olvidar las palabras de Piedad Córdoba, en representación de Colombianos por la Paz, advirtiendo sobre el riesgo inminente que se cernía sobre la vida de militares y policías cautivos por las FARC, a raíz de la muerte de alias ‘Alfonso Cano’? Desde ese momento, la declaración de la señora Córdoba sonó a amenaza y hoy, por desgracia, constatamos que la venganza se hizo realidad.

En medio de la búsqueda de explicaciones a semejante monstruosidad, la responsabilidad no sólo tiene que ver con el tema jurídico, sino que trasciende, por ejemplo, a la órbita de las interpretaciones que hacen los palurdos del monte a las palabras de quien perciben como una persona cercana a la causa… ¿Será que alias Arturo Rojas, el carcelero perteneciente al frente 63 de las FARC, cuadrilla que cometió el crimen contra los secuestrados, entendió el mensaje como una orden?

Ante los cuatro cadáveres de los secuestrados asesinados, no se puede dejar de pensar en la interpretación de eso que sonó a amenaza, y sobre todo, en la posibilidad que tiene Piedad Córdoba para esparcir el terrorismo verbal con el propósito de fortalecer políticamente a las FARC.

El burdo intento de la defenestrada de lavarle la cara a la agrupación terrorista, con una supuesta carta que en teoría llegó un día antes de la masacre, es sólo uno más de los insultos que la descarada Piedad Córdoba ha lanzado contra el país en su afán de mantener la lealtad de la tropa. ¿Por qué esa señora sigue en libertad? ¿Por qué puede hacer amenazas veladas en pleno goce de derechos? Ahí la mirada se posa en la inepta Corte Suprema de Justicia, que decidió declarar ilegítimas las pruebas contenidas en los computadores de alias Raúl Reyes, pasando por encima de la autenticación realizada por Interpol y sobre todo, dejando de lado el legítimo interés nacional, superior a cualquier tecnicismo leguleyo, de conocer los vínculos políticos nacionales e internacionales del grupo terrorista.

Tampoco puede evitarse el señalamiento directo, y sin miramientos, a los entusiastas que promueven la negociación política y negociada del conflicto; pues son los voceros y beneficiarios de la mercantilización del crimen “altruista”. Hay que ser claros: los cuatro uniformados fusilados por las FARC están muertos por ser considerados como mercancía que se canjea a cambio de la negociación de las leyes y del premio a los crímenes cometidos durante décadas por el brazo armado del Partido Comunista, llámese Polo, Progresistas, Movimiento Bolivariano o PC3.

De igual forma, es difícil olvidar las órdenes de alias Alfonso Cano cuando se enteró del fusilamiento de los diputados del Valle: “Si hay Ejército cerca en el lugar donde ocurrieron los hechos y podemos arrastrarlos para ese lugar, le podemos echar la culpa de lo ocurrido al enemigo". Es inevitable comparar esa orden con la actuación de Constanza Vieira, hija de Gilberto Vieira –cabecilla del Partido Comunista en la época en que se crearon las FARC- a través de su cuenta de Twitter, quien dijo lo siguiente: “Cuándo fue esa fallida operación de rescate? Tiene relación con la renuncia, ayer, del director del Gaula, general Humberto Guatibonza?”

Más allá de las responsabilidades, el fusilamiento de los cuatro secuestrados es un mensaje atroz para la sociedad colombiana: secuestraron a un grupo de militares con la intención de canjearlos por terroristas juzgados y condenados. Si la sociedad no se somete a ese canje, y de paso no accede a negociar las leyes y premiar los crímenes, los palurdos del monte apretarán el gatillo contra secuestrados, extorsionados y gente inocente en cualquier lugar del país.

Hace pocos días, Ernesto Samper aseguró que las FARC tienen el legítimo derecho a pedir un espacio político”. Supongo que la legitimidad surge de los asesinatos, las masacres, el desplazamiento, los secuestros y los miles de crímenes cometidos por los terroristas… ahora, cuatro nuevas tumbas ratifican el verdadero significado de la “legitimidad” para los beneficiarios del terrorismo y para las propias FARC.

2 comentarios:

BRABONEL dijo...

Así es Jaime, el asesinato vil de los uniformados tiene fuerte sentido político como usted dice. Mauricio Vargas decía en una columna que la izquierda estaba cerca del poder y lo único que le faltaba era el fin de las FARC, lo que muchos se preguntan es como debe ser la salida de ese grupo terrorista. Si aun tienen fuerza para sembrar terror pues su capacidad de presión será mayor, en ese escenario quienes pagaran los platos rotos serán los secuestrados y los blancos fáciles representados en población civil y militares que caerán en emboscadas. Las FARC no se van a desmovilizar sin lograr nada a cambio y en eso están de acuerdo la izquierda política en lo que se centra la disputa interna de la izquierda es hasta donde podrán llegar con sus peticiones. Por ejemplo, la fracción que apoya a Luis Eduardo Garzón querrá una negociación corta ya que Garzón es el líder de izquierda que la sociedad Colombiana percibe como menos dañino, los de Petro esperan que imagen deja su muñeco después de la salida de la alcaldía de todos modos aun luce como un radical y muy cercano al Chavismo. Pienso que el fin de las Farc no está cerca por que encontraron una forma efectiva de presionar y los radicales no querrán votar a la basura décadas de “lucha” sin lograr su cometido mientras la fracción “suave” seguirá haciendo política sometidos a los radicales como vienen haciendo desde un tiempo.

Atrabilioso dijo...

BRABONEL:

Creo que la frase de Samper lo resume todo: la legitimación del accionar terrorista, el premio a los crímenes altruistas... ¿Cómo van a perder tantos años de hipocresía? ¿En qué quedaría la combinación de todas las formas de lucha?

La única salida es clara: desmovilización y entrega de las armas. Judicialización de los crímenes de lesa humanidad y cierre de cualquier aspiración política de los terroristas, en especial de los que se han lucrado del accionar de las FARC... pero no me hago ilusiones, esto parece imposible.

Lo cierto es que percibo que los terroristas de civil, salvo Piedad Córdoba, están tomando distancia de los muchachos del monte, pues con la victoria de Petro en Bogotá, saben que cuentan con la maquinaria suficiente para acceder al poder por la vía democrática y después destruirla. En eso ya no les son útiles los palurdos y por eso comienzan a mostrar síntomas de abandono.

Saludos.