8 de diciembre de 2010

Invierno contra la prosperidad democrática

Por Jaime Restrepo.

Desde el aire, es doloroso observar los estragos producidos por el invierno: en amplias zonas del país, el panorama es el de una gigantesca laguna amarillenta, de la que emergen los tejados de algunas casas y unos cuantos árboles. De resto, las aguas que se adivinan estancadas, se apoderaron de valles, llanuras y cañones: únicamente algunas elevaciones se han salvado, por lo pronto, de la arremetida feroz de las inundaciones.

El solo pensar en el drama que están padeciendo millones de colombianos, genera una inmensa angustia. Pero semejante tragedia no solo afecta la vida cotidiana de esos millones de damnificados, y su supervivencia, sino que se erige como una amenaza contra la prosperidad democrática de Juan Manuel Santos.

Miles y miles han perdido sus medios de subsistencia, sus casas y sus posesiones. Esto significa que en el sector rural, además del fracaso de las cosechas, los colombianos dedicados al sector agropecuario están en una dramática condición de vulnerabilidad. Y tal situación, multiplicada a lo largo y ancho del país, se presenta como una calamidad de enormes dimensiones que golpeará la estabilidad económica de Colombia.

A corto plazo, el gobierno tendrá que enfrentar la crisis humanitaria ocasionada por la inclemente ola invernal. Pero una vez superados los primeros desafíos de la emergencia, a Santos le aguarda una situación mucho más complicada: el incremento del IPC, pues los productos agrícolas subirán rápidamente de precio ante la escasez. Ni hablar del precio de la carne, que por cuenta de la inundación en amplios sectores con vocación ganadera, presionará el incremento de la inflación.

Otro factor que impactará el IPC es el de los combustibles, pues la tragedia agrícola viene afectando vastas extensiones de cultivos indispensables para la elaboración de los biocombustibles, lo que presionó la reciente alza que indudablemente se verá reflejada también en el precio de los alimentos.

Y todo esto ocurre mientras se realiza la mesa de concertación en la que se busca acordar el nuevo salario mínimo para el 2011. Inevitablemente allí se abordará la amenaza para las finanzas familiares que proviene del invierno y seguramente motivará a los representantes de los trabajadores a exigir un aumento del salario mínimo, que esté por encima del IPC. Entre tanto los empresarios, muchos de ellos también afectados, plantearán las dificultades surgidas de la calamidad nacional y la exhibirán como excusa para aferrarse al mínimo incremento que exige la ley, que es el de la inflación causada durante el último año.

Evidentemente la concertación será complicada y difícilmente de la mesa saldrá humo blanco. Entonces será el gobierno, por decreto, el que determine el incremento del salario mínimo para el 2011. Sin embargo, las repercusiones de la ola invernal sobre la inflación solo comenzarán a sentirse a partir de la segunda quincena de diciembre y el acumulado del IPC del último año no reflejará el impacto real de la situación en la canasta familiar.

Entre tanto el gobierno tendrá que destinar importantes recursos para enfrentar la crisis, abrir líneas de crédito para los campesinos afectados y tomar decisiones en cuanto a la estabilización de los precios de la canasta familiar.

No solo eso. A la herencia de rezago de la malla vial, cuyo último capitulo fue escrito por el ineficiente Andrés Uriel Gallego; se suman los daños en 60 de las vías más importantes del país, lo que obligará a la administración central a meterse la mano al bolsillo, y con raspada de olla incluida, para recuperar algo de la malla vial nacional.

Ciertamente el gobierno tenía en sus planes una ambiciosa empresa: optimizar la infraestructura vial para la competitividad. Sin embargo el invierno hará que la meta sea menos optimista y ahora los recursos tendrán que concentrarse en la recuperación de lo que antes del invierno era una malla vial deteriorada y obsoleta, invirtiendo en la reconstrucción improvisada de los tramos para dejarlos por lo menos transitables.

Crisis humanitaria. Inflación galopante. Reconstrucción de la malla vial. Tres temas con los que no contaba el gobierno Santos y que se convierten en nubarrones negros que se adivinan en el horizonte de la prosperidad democrática.

6 comentarios:

Agente P dijo...

" Cien días en que con sordina, pero no con menos realidad, se siguen presentando masacres de paracos-bacrim y paros armados y emboscadas de la guerrilla. Y que, curiosamente, nadie en una prensa complacida y complaciente se ha dado en señalar como la primera gran crisis de este gobierno: la severa emergencia invernal ocasionada por el Fenómeno de la Niña. "

Don Jaime, no se necesita ser un genio del periodismo, tan sólo un blogger como yo para preveer con suficiente (en realidad muy poca) antelación (si mira mi blog) cuál iba a ser la primera prueba de fuego de Santos.

El problema no es de plata, ni de invierno en realidad, sino de que los remedios sean bien empleados por una vez sin componendas, ni corrupción, ni CYV, y por qué no, ninguna ineptitud.

Anónimo dijo...

BRABONEL.

Es de esa forma atrabilioso, una prueba de fuego para el Gobierno Santos. En todo caso era una tragedia esperada, el cambio climático desde hace un tiempo estaba asomando la cabeza por Colombia y se estaba con las manos atadas por que nunca hay recursos, la mayor parte de los recursos se van a mantener a una burocracia inservible. Decía Caballero argaez que durante la última década las regiones habían recibido 20 billones de dólares en regalías (solo en regalías) y la única región que hizo algo con esa plata fue la Guajira construyendo una represa que además de producir energía abastecer de agua a 20 municipios y servir como distrito de riego para los agricultores controlaría el nivel del río en tiempos de lluvia. Las demás regiones que recibieron las millonarias donaciones las desaparecieron por arte de magia aseguraba Caballero argaez.

Lo que no comparto con su escrito es el ataque al ex ministro de trasporte. En Colombia no es fácil construir vías por su topografía accidentada, usted arranca con una idea y en el camino se encuentra con otra realidad ¡nadie se le quería medir a construir el túnel de la línea! Le toco al Gobierno pagar totalmente la construcción del túnel piloto para que los inversores tuvieran una idea de a que se estarían enfrentado. El Gobierno Uribe se encontró con miles de pleitos legales que tenían a más de la mitad de los proyectos de infraestructura paralizados, consecuencia del bendito problema de siempre: se arranca con una idea y en el camino existe otra realidad. Ahora, el Gobierno Santos tiene con que prometer, una cantidad de proyectos en camino dejados por el Gobierno anterior y con que financiarlos: vendiendo el 10% de ECOPETROL y la plata esperada de la bonanza minero energético.


Lo que no puede dejar el Gobierno Santos es que las cosas sigan igual, si no se destina una parte del dinero de las regalías en construir embalses que controlen los niveles de los ríos y se crea un fondo para mover a las personas que viven en zonas de alto riesgo la historia se volverá a repetir cada periodo de tiempo. Se necesitan ideas creativas para que la prosperidad democrática que tanto a prometido no se descarrile, yo recomendaría dejar caer o aplazar la “ley de victimas” para que esa millonaria inversión sirva a reconstruir las zonas afectadas que es mas apremiante y realmente necesaria.

Atrabilioso dijo...

AGENTE P:

Tiene toda la razón. De hecho tengo preparado un post sobre el tema de seguridad a partir de un informe de Arco Iris.

Hay que reconocerlo: en medio del ruido y de las expectativas, era difícil para muchos el anticiparse a lo que ocurriría.

Un abrazo y muchas gracias.

Atrabilioso dijo...

BRABONEL:

Ciertamente el despilfarro en las regiones ha sido de proporciones gigantescas. En algunos departamentos, como Arauca, el dinero era destinado por ejemplo, a jarillones construidos solo con arena, o a dragas que sencillamente terminaban bajo el control de las FARC.

En cuanto al Ministro de Transporte, tengo serias dudas sobre los alcances prácticos del plan 2.500, específicamente en lo relacionado con las prioridades: no se cubrió, por ejemplo, la vía Cali - Buenaventura. Pero no solo es el tema vial: algunas decisiones fueron el resultado de lo que a mi juicio, son componendas con algunos sectores de la economía, como es el caso de la revisión técnicomecánica, o el aparato para el control de la velocidad que debía indicar en los buses intermunicipales la velocidad de desplazamiento... si usted aborda un bus, se da cuenta de que eso solo sirvió para beneficiar a las empresas dedicadas a construir taxímetros, pues ya ninguno de esos aparatos funciona. El control de ambas situaciones le correspondía también al ministerio de Transporte.

Tengo muchas dudas sobre la eficiencia de Gallego, pero respeto su posición frente al tema.

Un abrazo y muchas gracias.

Sergio Gómez dijo...

Felicitaciones por mencionar el invierno en sus post ya que es el tema mas preocupante de la actualidad nacional por encima de las chuzadas, la pelea de la corte etc. Cómo menciona el otro comentarista, la reconstrucción de las zonas afectadas por el invierno (más que las peleas con los uribistas) pienso que van a consolidar o a derrumbar al presente gobierno.

Anónimo dijo...

Puede que la tragedia ayude a aumentar el crecimiento económico. Ya se esta hablando de vender otro porcentaje de ECOPETROL para atender los daños dejados por la tragedia invernal y probablemente se vendan otros activos del Estado, puede que una parte importante de la bonanza minera se destine en reconstruir las zonas afectadas y evitar que tragedias por el invierno ocurran de nuevo.