4 de junio de 2012

Sentencia presidencial


Por Jaime Restrepo Vásquez

"Así es como debe actuar la fuerza pública, para llevar este responsable del crimen atroz a la cárcel y allá se pudra". Con esta frase, el presidente Juan Manuel Santos remató el anuncio de la captura de Javier Velasco, principal sospechoso de la atroz violación cometida contra una mujer en el Parque Nacional de Bogotá.

Semejante afirmación, populista a rabiar, deja en evidencia el distanciamiento que padece Colombia de los mínimos principios democráticos que supuestamente rigen en nuestro Estado de “derecho”.

Es que una condena de tal magnitud, emitida nada menos que por la cabeza del poder ejecutivo, termina siendo una presión inadmisible que rompe de tajo la presunción de inocencia. Que se sepa, aunque Santos de repente lo puede desmentir con algún anuncio falaz en horario triple A y con rueda de prensa incluida; Velasco todavía no ha sido condenado (se declaró inocente), ni el presidente puede conocer las evidencias más allá de lo reportado por los medios, ni resulta admisible una intromisión del ejecutivo en las labores judiciales.

Pero eso poco le importa al reyezuelo colombiano, quien en su afán oportunista de “pegarse” de cualquier noticia con alta visibilidad, salió ante los medios a condenar a un ciudadano, quien pese a la atrocidad del crimen, tiene derecho a la presunción de inocencia, así Santos quiera aparentar indignación, cometiendo el abuso irreversible de lanzar una sentencia presidencial.

Es de tal magnitud el desespero de Santos, que aprovecha una tragedia pavorosa, que ha indignado de manera genuina a miles de colombianos en las redes sociales, para tratar de levantar su popularidad. Olvida Santos que fueron los “twiteros” los que le dieron relevancia al crimen de Rosa Elvira Cely, pues los medios estaban ocupados en cosas de “mayor importancia”, como la liberación de un periodista europeo o las declaraciones de Simón Gaviria en las que rechazaba un subsidio para la gasolina de algunos congresistas.

Ante la primacía de la noticia, y el sentimiento de dolor y rabia que muchos sentimos por el crimen, Santos vio la oportunidad para aparecer en los medios y aprovechar la conmoción para dar a conocer la captura del infeliz que ya fue condenado por el Primer Mandatario. ¿Qué pasará si el detenido resulta absuelto y las evidencias, a la larga, no sostienen la acusación? ¿Algún valiente juez o fiscal osará retar la condena proferida por el “monarca”? 

Es que la declaración mediática de Santos enloda aún más la deteriorada majestad de la justicia, pues resulta inaceptable que además de la vulneración a la presunción de inocencia, sea el presidente quien emita sentencias ante los micrófonos, coaccionando el ejercicio imparcial que deberían tener los operadores judiciales en Colombia. 

Claro que algunos supondrán, maliciosos ellos, que Santos no hablaría por hablar y en tales circunstancias, necesariamente tendría que conocer los detalles técnicos de las investigaciones adelantadas hasta el momento por la Fiscalía General de la Nación. Así las cosas, el asunto sería mucho más grave, pues se revelaría un maligno privilegio presidencial en el que se puede romper la reserva del sumario.  

¿Si eso pasa con el sospechoso de un crimen ciertamente repudiable pero que no tiene que ver con intereses políticos directos de Santos, qué pueden esperar los que sí se convierten en un palo en la rueda para las aspiraciones del autócrata colombiano?

Muchos alabaron en su momento, las refinadas maneras de Juan Manuel Santos. Sin embargo, poco a poco, el reyezuelo se quita la máscara y se muestra como una imitación del ramplón dictador venezolano: entre los escualos y las sentencias mediáticas, pareciera que Santos quisiera relevar a Chávez como el nuevo caudillo confundido latinoamericano.

Y es que mientras Santos sale y condena a un sospechoso, cuyo proceso aún no había comenzado, el mismo lenguaraz se convierte en mudo cuando se trata del atentado contra Fernando Londoño.

El cobarde presidente no es capaz de pasarle al teléfono al director de La Hora de la Verdad, para aclarar quiénes son los terroristas que integran la mano negra de la extrema derecha… y sospecho que no lo hará, porque en su momento también señaló a los mismos “ultraderechistas” de ser los autores de la voladura del busto de Laureano Gómez, horas antes de una decisión judicial que afectaba al presunto autor intelectual del asesinato de Álvaro Gómez Hurtado, quien de paso sea dicho, es muy cercano a cierto expresidente liberal… ¿Extrema derecha o izquierda tradicional, disfrazada de frac, y proclive a los cocteles y halagos de los altos círculos sociales capitalinos?

Santos tampoco ha tenido el valor de convocar una rueda de prensa para confirmar que el atentado contra Londoño, diseñado por el Bloque Oriental de las FARC, fue dirigido por alias ‘El Paisa’, costó más de 2.500 millones de pesos y en su ejecución participaron más de 16 terroristas reclutados en Huila y Caquetá. Ante esas informaciones, el gobierno sí guarda silencio, no sea que se despierten los dormidos que pidieron actuar con cautela para preservar la presunción de inocencia de los terroristas…  Eso deterioraría el Marco para la impunidad y las negociaciones con las FARC.






11 comentarios:

Angela Zuluaga dijo...

En el momento de ese "anuncio" de Santos y de vociferar que el detenido se pudriera en la cárcel, sólo vino a mi memoria el día en el que el dictador Chavez, exigió para la Juez Maria Lourdes Afiuni la máxima pena en prisión. Donde está la supuesta independencia ?. Con reconocer la labor de las autoridades en la captura... era suficiente.

Atrabilioso dijo...

ÁNGELA ZULUAGA:
Cada día, Santos y Chávez se parecen más y más, como si el señorito que oficia como reyezuelo en Colombia, hubiese adoptado al dictador como su modelo a imitar.

Es que Santos no tenía nada que ver en el asunto, más allá de un elogio por la rápida acción de las autoridades. Además, que un presidente, al que sus áulicos destacan como el paradigma de la refinación, condene a un ciudadano pasando por encima del poder judicial, es una demostración contundente de la autocracia que padece Colombia.

Gracias por sus comentarios.

MaguiOz16 dijo...

Santos es un simple oportunista que utiliza las bravuconadas para reivindicar su evidente cogobierno con las FARC. A cada rato nos envía mensajes de este tipo para ilusionar a los nostálgicos de la Seguridad Democrática, y lo peor es que lo logra. Sabe que no es de su incumbencia salir a condenar a nadie (mucho menos a inocentes), pero aún así lo hace porque él realmente es un tirano solapado. La misma mesa de la Unidad Nacional es una muestra de ello.

mundochacalblogspot dijo...

Es cierto todo eso que dicen. Sin embargo:
"A la cárcel La Modelo de Bogotá fue enviado ayer Javier Velasco Valenzuela, el hombre capturado por la Policía como el presunto autor de la violación y el asesinato de Rosa Elvira Cely. Velasco ya había sido condenado a tres años de cárcel por un homicidio y tiene otras dos denuncias por abuso sexual, una de ellas contra su propia hija de 11 años."

mundochacalblogspot dijo...

Por otra parte La defensa "Chewbacca" del Abogado de Velazco en indignante y hace que uno se averguence del gremio de los abogados:

Insólita defensa

El abogado de Javier Velasco dijo en la audiencia que los actos cometidos por su defendido no fueron premeditados, que no hubo intención de cometer homicidio y que la muerte de Rosa Elvira se produjo por la demora en encontrarla.

Atrabilioso dijo...

MaguiOz16:

No tengo nada que agregar. Coincido con usted.

Fuerte abrazo.

antesAnónimo dijo...

Estoy de acuerdo en que el amago de sentencia judicial presidencial es inaceptable en una democracia decente, pero comparada con promover esto, parece pecata minuta.

Lo de la señora del Parque Nacional es puro oportunismo y demagogia. Las acusaciones vacías a las "manos negras" me parecen peores debido a que son sentencias que ponen en el mismo nivel a cualquiera que no esté de acuerdo con el marco para la impunidad.

Del mismo modo, y de eso ya han hablado mucho en Atrabilioso, me parece mucho más autocrático el desconocimiento del mandato y la traición a los votantes.

Falta ver en qué se va a ver reflejado todo esto. De nuevo, dan ganas de salir corriendo antes de que empiecen las expropiaciones.

Atrabilioso dijo...

ANTES ANÓNIMO:

Ciertamente la sentencia presidencial es solo una evidencia más de la autocracia que estamos viviendo. Pero este asunto es revelador, pues tiene todos los componentes básicos que determinan el camino transitado por Santos: eliminación de la separación de poderes, violación de principios democráticos universalmente reconocidos como la presunción de inocencia y captura de imagen social por anuncios mediáticos; son algunos de los temas revelados en la actuación de Santos.

Más allá de los elementos ciertos que usted menciona, el asunto abordado en el escrito merece una consideración especial: ¿Si eso pasa con un ciudadano del común, por un crimen común, qué puede hacer el reyezuelo contra los que obstaculizan sus aspiraciones y se oponen a su devaneo socialista?

Viendo lo que ocurre en Venezuela con el abogado de la jueza Afiuni, es inevitable pensar en lo que puede pasar en Colombia...

Gracias por sus comentarios.

David López dijo...

Amigo, te recuerdo que Uribe hizo algo peor en Buenaventura con Pichantiza, afortunadamente lo condenaron... pero no estuvo bien.

David López dijo...

Att Camilo, saludos.

Atrabilioso dijo...

DAVID LÓPEZ:

Que Uribe haya hecho algo, no significa que tal acción sea correcta. Pero en el caso de Buenaventura, las circunstancias fueron completamente diferentes a las mencionadas en este texto.

En pleno consejo comunitario, un oficial de la Armada le informó a Uribe sobre una anomalía cometida por el personaje. Entonces Uribe pidió que lo detuvieran y lo llevaran ante un juez. ¿Dónde está la sentencia? Su sesgo, mi querido "amigo" no lo deja ver otro principio universalmente reconocido: la obligación ciudadana de poner en conocimiento de las autoridades, cualquier hecho delictivo.

Saludos.