Por Jaime Restrepo Vásquez.
Lo que está ocurriendo en los medios de comunicación con el tema de Transmilenio, me recuerda la estrategia que utilizaron cuando estaba en furor la adjudicación del tercer canal de televisión.
A diario, RCN y Caracol difundían todas las actuaciones de sus abogados, daban a conocer la vida, obra y milagros de los comisionados de televisión, maximizaban cualquier situación y la convertían en un escándalo que adobaban con los comentarios improvisados de la gente en la calle.
En esa campaña contra el tercer canal, RCN y Caracol no ahorraron esfuerzos, cuidándose de mencionar el interés directo que tenían en desprestigiar la iniciativa. Sin embargo, lograron su propósito y el asunto del tercer canal quedó en la mente de la ciudadanía, como un embeleco inconveniente y lleno de corrupción.
A esto se suma la negativa del gobierno Uribe de pautar en los medios de comunicación, situación que era usual antes de 2002 y es normal ahora, en pleno 2011. El gobierno de turno pautaba, no por la utilidad de informar, sino por el mecanismo de presión que puede utilizar en cualquier momento contra el medio no alineado.
Total: los interesados en conservar el monopolio de la televisión en Colombia, mantuvieron por varios meses la campaña de desprestigio y finalmente lograron su propósito de evitar la competencia, gracias al apoyo de la ciudadanía desinformada y manipulada para favorecer la conveniencia de los dos grupos económicos que son dueños de los dos canales privados.
La misma estrategia se viene utilizando con el tema de Transmilenio: no hay día ni emisión en que RCN y Caracol no emitan informes “noticiosos” sobre la inconveniencia del Sistema: que los botiquines de las estaciones tienen los medicamentos vencidos, que los extintores están guardados porque se los roban, que a los conductores los hacen trabajar 18 horas y que todo es culpa del pésimo diseño del contrato entre la ciudad y los operadores de Transmilenio.
La última información difundida por RCN y Caracol se refiere a un concepto del IDU en el que manifiesta que la solución a los problemas de las lozas de la troncal Caracas es reponerlas en su totalidad. Eso suena muy bonito en una campaña electoral, pero la realidad es que volver a construir la troncal, además de los costos, implicaría el colapso de la movilidad capitalina.
Mientras tanto, los mismos medios empeñados en amplificar las fallas de Transmilenio, no tocan al transporte público tradicional, ni le exigen, ni exponen a diario sus miserias. Eso sería inconveniente en plena campaña, pues las mafias de los transportadores tienen una gran influencia en el tema electoral, a tal punto que financian concejales que después, ya elegidos, complicarán la gestión de aquel que intente tocarlos.
Ahora bien: mientras RCN y Caracol difunden su campaña de desprestigio, no se oye una sola palabra sobre las alternativas disponibles para los usuarios del Sistema, pues realmente no existen y a lo sumo, el Sistema Integrado de Transporte Público estará en plena operación en dos años, si todo sale bien.
Lo cierto es que la campaña contra Transmilenio tiene destinatario propio: Enrique Peñalosa, el alcalde que copió el modelo de Curitiba, Brasil, y trató de adaptarlo a las necesidades de Bogotá. No se puede negar que el Sistema tiene fallas, que debe mejorar diversos aspectos, que el problema del relleno fluido en la troncal Caracas es grave, pero más allá de las utopías del metro —estilo Samuel— ningún alcalde ha desarrollado soluciones reales al problema del transporte en la ciudad.
Curiosamente, las fuentes que utilizan RCN y Caracol son oficiales: La Personería de Bogotá y el IDU. En cuanto a la Personería, es bueno recordar que está a cargo de Francisco Rojas Birry, miembro del PDA quien se atornilló al puesto, pese a las investigaciones sobre sus nexos con el extraditado David Murcia Guzmán. Sobre el IDU, bastión clientelar del Polo, tampoco resulta extraño que mediante informes y recomendaciones trate de influir en las elecciones del 30 de octubre.
Aunque ya sabemos a quién tratan de perjudicar los informes oficiales que amplifican RCN y Caracol, no resulta tan sencillo entender a quién benefician. No es al candidato del Polo, el desconocido Aurelio —que empapela la ciudad con su nombre—, pues en las encuestas apenas registra y sabe que su aspiración no tiene futuro alguno. El beneficiado con la campaña de desprestigio es Gustavo Petro, el verdadero candidato del chavismo, quien está disputando, cabeza a cabeza, la Alcaldía de Bogotá con Enrique Peñalosa.
El candidato de la izquierda, ahora todo dulzura y suavidad, ha trabajado activamente para desdibujar sus vínculos: no habla de Chávez, ni expresa sus simpatías por el dictador venezolano. Reniega del Polo, cuando muchos de sus directivos y simpatizantes se deslizaron a su campaña, más que por identidad con la aparente disidencia, por afinidad ideológica con el proceso que ha determinado dejar al Polo como una marca política perdedora y responsable de la debacle capitalina, mientras que la nueva marca, Progresistas, no tiene cargas y se vende como cristalina, transparente y muy honrada. Esta estrategia de desinformartsija subestima públicamente el poder comunista y acalla los temores de sus adversarios mediante la fabricación de crisis falsas, divulgación de debilidades y disidencias en el seno del mundo comunista. Pero no lo pueden ocultar: PDA y Progresistas son las marcas de venta para un solo producto: el socialismo del siglo XXI.
13 comentarios:
Súbase en un Transmilenio en hora pico y hablamos.
¿Acaso alguien aquí dijo que el transmilenio es perfecto? Lo que dijo el autor del post es que hasta ahora no hay alternativa alguna al transmilenio por malo que sea, al menos por el momento.
Sí hay alternativa y es realizar algunos cambios para mejorarlo. Según el autor del artículo, sería mejor dejar el servicio como esta.
pregunta ¿cuándo ha existido alternativa alguna? Es más ¿alguna vez se ha pensado en una alternativa? ¿Más de 10 años y han sido (hemos sido) capaces de plantear una alternativa?;TM infortunadamente es el ejemplo de lo que no debe pasar cuando se hace prospectiva,
El TM es muy eficiente en sentido económico, por que se paga a sí mismo... eso es algo que no sucede con el metro.
La campaña de Enrique Peñalosa es perdedora. Peñalosa parece un candidato salido del pasado, eficiente sí, pero sin aparentes respuestas a la problemática de la actual y futura Bogotá. Sale montando en bicicleta como diciendo que las respuestas al caos vehicular esta en andar en cicla. Claro que hay que hablar de Trasmileneo pero el de la tercera generación que sea más eficiente más cómodo y más rápido y de autopistas rápidas para toda la Cuidad y de unión publica privada para construcción de vivienda para la clase media y baja con estándares altos de calidad de vida donde entre lo ecológico. La competitividad de la Cuidad debe ser el tema central del discurso de Peñalosa donde el empleo de calidad sea el centro.
Los medios hacen su trabajo pero en esta caso la campaña de Peñalosa les hace el trabajo más fácil, ni siquiera Petro se preocupa por hacer campaña y hasta se da el lujo de decir que una posible administración suya será la de mas caos vehicular la de mas desempleo y la de menos infraestructura para el desarrollo de la Cuidad por que el al cemento no le jala.
Lo único que repetiría del pasado de Peñalosa es cuando se puso a repartir volantes para darse a conocer pero esta vez se debería a poner a repartir volantes (a pie que deje la bicicleta a un lado) que hicieran ver el error de volver a elegir un Alcalde desastre de nuevo para la Cuidad.
TM es muy eficiente económicamente pero para el operador, el distrito sólo percibe 4% de todo, y cómo no va ser eficiente si entre más lleno más pasaje,
El tema del artículo es el desprestigio de Transmilenio, no si es el mejor sistema. Y el contraste no es con medios de transporte mejores en otras ciudades, sino con el transporte tradicional, mucho más incómodo y peligroso, pero capaz de financiar las campañas del chavismo.
Yo me subí muchas veces en los racimos humanos de antes, en los que uno tenía suerte si alcanzaba a tocar el bus (se viajaba agarrado a algún viajero que cogía una parte del bus). Ni hablar del hecho de que si hubiera metro las congestiones serían iguales o peores, tal como en Nueva York el barrio de colombianos siempre presenta trancones.
La alternativa seria al drama de la movilidad en Bogotá es densificar la ciudad y arrasar las zonas infernales del centro-suroriente para construir viviendas de gente más acomodada. Todos saldrían ganando, empezando por los actuales pobladores, cuya vida mejoraría con indemnizaciones que seguirían siendo un gasto más bien pequeño comparado con lo que se ahorraría en transporte y pagarían los nuevos pobladores por viviendas de mejor calidad.
También se podría aprovechar la circunvalar para hacer una vía de muchos carriles y aun poner a circular un tranvía por ahí. El problema es que en Colombia predomina una especie de subhombre, el mamerto o universitario, que se hace matar por el invasor que coloniza los montes o bien contra el que haría una vía que aprovecharía las ventajas de no tener cruces en esa zona. La miseria y el caos aseguran la renta a una especie de clero satánico-simiesco que odia el mundo moderno como uno que vería en él (el clero universitario) el paradigma del atraso y la estupidez.
Transmilenio se habría desarrollado muchísimo si en 2002 no hubiera sido elegido el candidato de Chávez, la industria del secuestro y la maquinaria samperista. Y seguirá presentando problemas en la medida en que gracias a la propaganda de la prensa terrorista salga elegido el mismo socio particular de Chávez, el asesino ascendido a la gerencia de Terror Inc.
Y otra cosa, Peñalosa no aprende, si ya en 2007 al aliarse con Uribe le fe como le fue, ¿y vuelve lo hace? ¿Cuál es la fijación con Uribe? ¿Acaso no pueden hacer algo por su cuenta sin un oráculo al cual andarle preguntando? Y sí es cierto, no se ve nada nuevo, por ejemplo ¿qué opina frente a la nueva LOOT? No se ve estrategia de planeación por niinguna parte y sobre todo ¿cómo fue a recular respecto del metro? ¿ahora que necesita votos le sirve, le suena?
Vaya y ahora todo es culpa de los universicarios, a menos que no se halle el punto medio entre lo social y lo moderno no será posible nada, la formulación de Peñalosa es palabras palabras menos: "un espacio público igualitario es igual que un andén sobredimensionado" y ya dejemos de ver a Chávez en todas partes, suficiente con aguantar a Uribe metiendo sus manos y narices dónde no lo llaman, y peor aún seguir tolerando sus "egolatradas" para seguir mostrando que todavía es capaz de convocar a la chusma palurda sin ser ya presidente.
Nsoren:
El problema de metro es que es insostenible por sí mismo, se necesita subsidiarlo con recursos del Estado. Esto no pasa con el sistema Transmilenio, por que se subsidia a sí mismo.
La distribución de los ingresos es otra cosa y estoy de acuerdo con que el estado no se beneficie mucho con el TM. Suficiente corrupción tenemos ya.
Miguel concuerdo con usted en su apreciación respecto del metro, el cual debió hacerse hace mucho tiempo, lo inconcebible es que el experto haya reculado de su argumentación por unos votos y no se haya sostenido.
Jaime Castro propone un tranvía moderno.
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