Por Jaime Restrepo.
¿El DAS interceptó las comunicaciones de Rafael Correa? La información suministrada hasta ahora por el diario El Universo es contradictoria y la posición del gobierno colombiano es enfática en negar la situación. A eso se suma la actitud conciliadora de Correa, quien ha manifestado su voluntad de creer en los pronunciamientos oficiales de Colombia.
Sin embargo, dada la animosidad que mostró el gobierno Correa contra Colombia, desde el asunto de las fumigaciones en la frontera; su cercanía con Hugo Chávez y la afinidad de varios funcionarios con las FARC, es posible que en un análisis de amenazas a la defensa nacional, el DAS haya tratado de obtener, en su momento, información para determinar los alcances de las actitudes beligerantes de Correa en asocio con Chávez y Ortega.
Es que el país está rodeado de inamistosos vecinos que protegen en sus territorios a la principal amenaza para la seguridad nacional: las FARC. Sobre el particular, cuando de tiempo en tiempo lanzan amenazas bélicas contra Colombia, por una hipotética incursión a sus territorios, tanto Venezuela como Ecuador están admitiendo, tácitamente, que siguen albergando terroristas en sus países. Entonces, las labores de inteligencia colombiana podrían definirse, de haber ocurrido, como una respuesta de supervivencia ante la complicidad de aquellos gobiernos con el terrorismo, quienes destaparon sus cartas cuando se dio de baja al terrorista alias Raúl Reyes.
De otro lado, tampoco se puede olvidar que en los computadores de Reyes apareció información que vincula directamente al gobierno Correa con las FARC: reportes de encuentros, reuniones con personas de confianza de Correa, planes de trabajo, reasignación de militares y policías que perseguían a las FARC en la región de Sucumbíos; son parte del menú que describe las relaciones FARC-Ecuador.
Frente a todas estas situaciones, el gobierno colombiano no podía permanecer como si nada estuviera pasando y sus servicios de inteligencia pudieron interpretar como indispensable -de supervivencia, insisto- precisar los alcances de la relación entre Rafael Correa y las FARC.
Al mismo tiempo, la reacción desproporcionada y chabacana de Hugo Chávez por el bombardeo de los arbolitos de Angostura fue una amenaza real para la defensa de Colombia. Esta situación pudo influir en la decisión de adelantar labores de inteligencia más allá de las fronteras, pues podía aparecer como imperiosa la necesidad de recaudar información que permitiera establecer si existían o no, planes de ataque conjunto en ambas fronteras, y lograr anticiparse a una acción de tal naturaleza.
En caso de comprobarse el espionaje contra el gobierno ecuatoriano, muchos se rasgarán las vestiduras por la “criminal” acción de monitorear a los poderosos aliados de las FARC, pero al enfrentar a gobiernos proclives al favorecimiento del terrorismo no se ven opciones distintas a las tareas de inteligencia que suministren alertas tempranas y permitan dilucidar los movimientos en contra de la estabilidad del país.
La cueva del DAS
La respuesta del presidente a los señalamientos provenientes de Ecuador resulta inquietante: cuando Uribe sostiene que “personas malintencionadas, probablemente cercanas al DAS, han querido afectar, con versiones que no corresponden a la realidad, el buen nombre del gobierno, y en este caso afectar relaciones internacionales”, surgen diversos interrogantes sobre el verdadero control que tiene el gobierno, concretamente el presidente de la República, sobre el DAS.
La justificación de rumores surgidos de gente malintencionada, “cercana” al DAS, es una afirmación injustificable por la vaguedad: ¿a qué se refiere el presidente con personas cercanas al DAS? ¿Directivos? ¿Agentes dobles? ¿Políticos con alguna influencia en el organismo? Es que la afirmación implica el reconocimiento del Presidente de haber sido incompetente en el manejo y dirección del DAS, pues durante ocho años, como lo venimos diciendo desde 2006, la entidad aparece como una rueda suelta en la que operan malandrines de toda laya.
Ante la ciudadanía, el DAS se ve como una cueva en la que cada organización criminal tiene el dominio de una parcela que utiliza para satisfacer las necesidades de todo aquel que pueda pagar: no importa quién ordene, lo importante es que tenga el dinero para llenar los bolsillos de las mafias que secuestraron el organismo… Frente a semejante debacle, la respuesta de Uribe fue tímida, tardía e ineficaz.
3 comentarios:
Uribe lo dice por el supuesto funcionario del DAS que hizo esas declaraciones al periódico ecuatoriano, que demuestra que el DAS está lleno de delincuentes dispuestos a vender también declaraciones al mejor postor, al estilo Rafael García.
D:
Son por lo menos tres funcionarios que figuran en el reporte de El Universo. Hay que reconocer que a Uribe le quedó grande el tema del DAS, pues incluso convocó una comisión para diseñar un nuevo organismo y de eso no quedó nada.
Sin embargo, toda la culpa no es de Uribe y el asunto viene de mucho tiempo atrás.
Un abrazo.
Dudo mucho que el DAS haya chuzado el telefono de Rafael Correa. Hablaria muy, pero muy mal de los servicios de inteligencia Ecuatorianos si cualquier organismo de inteligencia extranjero pueda ingresar a uno de los sistemas mas vitales y confidenciales de la presidencia.
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